Modelos de
subjetivación y disciplinamiento entorno
a la modelización de la educación.
Sin duda, uno de los temas centrales de la modernidad lo constituye la emergencia del sujeto. Las aproximaciones y caracterizaciones de tal figura presentan una gran ductilidad, siendo los significados asociados al yo, a la conciencia de un sí mismo y una estructura de anticipación las más recurrentes. La capacidad autónoma y el solipsismo de tal término, han determinado que los procesos asociados a la constitución de un determinado sujeto adquieran una relevancia en el ámbito de la producción del saber y la educación. De hecho, podríamos afirmar que el proyecto de todo marco de modelización educativa es finalmente la constitución de un sujeto. Precisamente las sociedades modernas se han configurado estructuralmente a través de complejos procesos educativos, y donde la racionalidad juega un papel decisivo. Aquí, entendemos por racionalidad la estructura primigenia para la escisión razón / locura, en tanto que mientras el logos de la antigua Grecia no se ejemplificaba en ningún contrario, la racionalidad moderna opera efectivamente a través de la exclusión de lo diferente, la locura y la irracionalidad. Ahora bien, la relación entre racionalidad y la subjetividad es de una estrecha concomitancia, ya que estas dos figuras son fundamentales para la emergencia de las filosofías del sujeto.
En este contexto, Foucault es el que desarrolla la crítica más radical a lo que se
entiende por filosofías del sujeto. Según el filósofo francés, son Freud,
Nietzsche, y Marx los tres pensadores que desenmascararon la falsedad de
la conformación de una relación de
autorreferencialidad del Yo (Tarcus, 1993: 11). Freud cuestionó la
determinación del yo a partir de la primacía del inconsciente en las acciones de los individuos; Nietzsche
determinó que la relación con uno mismo, o el control moral internalizado del
comportamiento se debe a la violencia y el castigo; y por último, Marx quien
determina que los individuos pierden toda noción de autodeterminación por la
primacía de la mercancía. Ahora bien, el proceso por el cual se construye la
subjetividad se denomina subjetivación. Tal proceso de designa la constitución de una
instancia por la cual se obtiene un sujeto, o específicamente una
subjetividad. Los modos o modelos de
subjetivación hablan de las prácticas y actividades que el sujeto realiza sobre
sí mismo, teniendo como resultante una estructura de anticipación que le
permite diferenciarse de determinado objeto o proponer desde esta constitución de sí la elaboración
de prácticas discursivas.
Foucault denomina "modelos de
subjetivación " a las prácticas de
construcción del sujeto, que para el filósofo remiten a dos ámbitos de
problematizaciones. En primer lugar1, Foucault
denomina modelos de subjetivación a los modos de objetivación del sujeto, es
decir la forma como el sujeto aparece formando parte de una relación de
conocimiento y poder. Generalmente tal relación esta mediada por lo que se
denomina un régimen de verdad, es decir instancias que permite designar como
falso o verdadero determinado enunciado, de manera de sancionar algunos y aprobar otros. El rendimiento de la
crítica Foucaultiana consiste precisamente en reconocer en el discurso
científico, disciplinario, gubernamental, etc., categóricos regímenes de verdad que construyen modelos de subjetivación que
son aceptados como verdaderos en la estructura social (escuela, universidades,
medios de comunicación, policía, etc.).
La regimentación de la subjetividad
responde a una batalla de sujeción que sirve productivamente a las tecnologías
de exclusión e inclusión, las características centrales de esta subjetividad
mínima se determinan a partir de tres características. En primera instancia se
construye una subjetividad que se reafirma en la negación de su alteridad.
También nos enfrentamos con la apuesta de una constitución de subjetividad
minimizada en su fuerza transformadora y política, acciones posibilitadas por
medio del recorte del cuerpo y su tratamiento utilitario. Finalmente, nos
encontramos con una serie de tecnologías
que someten a la subjetividad a la suerte de una verdad interior, y que
a su vez establecen complejos procesos de conocimiento y elaboración del yo (Castro, 2008: 172). Para Foucault, tales disposiciones de
modelización de la subjetividad entroncan directamente con las tecnologías de
poder y la disciplina. Por esta última, se entiende una tecnología que nace a
partir del siglo XVIII y que se define como un poder continuo, atómico e
individualizaste. En forma más concreta,
la disciplina se define como un conjunto de técnicas en virtud de las cuales
los sistemas de poder tienen por objetivo y resultado la singularización de un
individuo.
Según el filósofo de Poitiers,
fue en el ejército donde verdaderamente se produjo el descubrimiento de la
disciplina (Foucault, 1994: 243), proceso que provocó importantes cambios en
las estrategias militares, ya que con la disciplina el soldado adquiere un
valor en cuanto es parte de un proceso de corrección y aprendizaje. Un segundo
momento importante en la disciplina es
la educación: " primero en
los colegios y después en las escuelas primarias observamos la irrupción de
esos métodos disciplinarios en los que los individuos son individualizados en
la multiplicidad"(Foucault, 1994.). De una forma más técnica, la
disciplina es aparición de la notación cuantitativa, la premura de los exámenes,
y la clasificación de los individuos. En este contexto, nos preguntamos
específicamente por la relación entre disciplina y escuela, ¿no es acaso la
escuela un sistema de internalización de la disciplina y por tanto, una
tecnología de modelación de la subjetividad?
De ahí que
la escuela se ha constituido en uno de los principales elementos de la
gubernamentalidad, en donde se crean formas de regulación del tiempo y el
espacio, además de modelar las conductas y el cuerpo de los estudiantes. En tal
proceso, los textos escolares cumplen una importante labor, ya que a través
de las imágenes que representan determinadas
formas de ser. La experiencia escolar y el saber que se desglosan de tales
unidades programáticas implican que los sujetos estén obligados a vincularse
con estás imágenes, estas últimas se pueden obviar o criticar, pero es
imposible para los estudiantes ignorar tal trama representacional. En cuanto que tales imágenes se disponen como
formas a priori de diferentes identidades, éstas cumplen un importante rol disciplinar.
Para Judith Butler (Butler, 2009: 37-38), estas formas
de autoconstrucción del sujeto, son profundamente problemáticas, ya que un régimen
disciplinario y de verdad proponga los términos que hacen posible la
experiencia del autorreconocimiento o en otras palabras reconocerse como sujeto,
implica reconocer estas prácticas como las únicas posibles para abrir la
experiencia de la subjetividad, de modo que lo que un individuo puede llegar
a ser depende o está restringido por
antemano por tales regímenes de saber y verdad. En términos ontológicos, estos
regímenes de verdad significan también una relación de verdad entre un sujeto y
tales estructuras, de ahí la imposibilidad de cuestionar tales formas de
modelización, porque implican un cuestionamiento también a la relación mediata
en que se reconoce como sujeto el individuo.
1 En segundo lugar, desde la esfera de la ética también ocurren procesos
de subjetivación, en cuanto la ética designa una forma de constitución de un sí
mismo.
Bibliografía
Butler, Judith. Dar
cuenta de sí mismo. Amorrortu Editores. Buenos Aires.2009.
Castro, Rodrigo. Foucault y el cuidado de la libertad.
Lom ediciones. Santiago.2008.
Revel, Judith. El vocabulario de Foucault. Editorial
Atuel. Buenos Aires.2008
Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. Siglo XXI
Editores, S.A. Madrid.2006.
Foucault, Michel. Estética, ética y hermenéutica.
Editorial Paidós. Barcelona.1999.
Marsal, Daniela (com). Hecho en Chile. Reflexiones en
torno al patrimonio cultural. Fondart.Chile.2011.
Miller, Toby, George Yúdice. Política Cultural.
Editorial Gedisa. Barcelona.2004.
Revel, Judith. El vocabulario de Foucault. Editorial
Atuel. Buenos Aires.2008
Tarcus, Horacio (com). Disparen contra Foucault.
Ediciones el cielo por asalto. Buenos Aires. 1993.
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